LLIM, un organismo de Lara Fluxà ha sido la exposición más visitada de todas las que ha organizado el Institut Ramon Llull en los Eventi Collaterali de la Bienal de Venecia, donde participa desde 2009. En total, 48.256 personas han pasado por el espacio de Cataluña y Baleares donde el proyecto de la artista mallorquina, comisariado por Oriol Fontdevila, ha atraído a profesionales del mundo del arte, medios de comunicación especializados y público en general.

Un conjunto de cisternas, cápsulas y conducciones vítreas o, en palabras de la artista, "un grupo de familias de organismos sin piel, en diálogo y transformación con el agua", han dado forma a LLIM, que se ha alimentado del agua proveniente del canal de Venecia. Las diferentes piezas de la instalación han ido acumulando residuos, lodos y sedimentos, es decir "llim" (limo), a medida que han asimilado el subsuelo de la ciudad italiana, que ha quedado incorporado en este organismo en constante transformación. Según Lara Fluxà, "LLIM es un organismo que nos ha atravesado a un gran número de personas".

El tema general de la edición de este año ha sido "The Milk of Dreams" y su comisaria, Cecilia Alemani, ha expresado su satisfacción por el hecho de que más de 800.000 personas hayan visitado la 59 Bienal de Arte de Venecia, logrando también una cifra récord: "después de tantos meses de aislamiento, la gente quiere celebrar y ver el arte en persona, en una experiencia alegre y comunitaria compartida con amigos, familia, compañeros y amantes del arte".

La edición 2022 de la Bienal de Arte de Venecia ha cerrado sus puertas el 27 de noviembre. Toma el relevo de la participación catalana y balear en Venecia el proyecto Siguiendo el pez, de Leve Productora y Top Manta (Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes), que opta a formar parte de los Eventi Collaterali de la Bienal de Arquitectura de Venecia 2023. A a través de la visión de los manteros, el proyecto abordará temas como los tráficos migratorios, la privatización del espacio público, el feminismo, la lucha antirracista o la sostenibilidad alimentaria. Se trata de un trabajo conjunto entre el activismo antirracista y la arquitectura, en busca de pistas para el futuro de las ciudades. La producción irá a cargo del Institut Ramon Llull.