Institut Ramon LLull

Jordi-Pere Cerdà, escritor de la frontera

paperllull.  BARCELONA, 06/12/2020

El 4 de noviembre de 2020 se cumplieron cien años del nacimiento de Jordi-Pere Cerdà (Sallagosa, 1920-Perpinyà, 11 de septiembre 2011), una de voces poéticas más singulares de las Letras Catalanas. Y también más desconocidas, oculto bajo paladas de tópicos y etiquetas reductoras. Nos lo explica la periodista, traductora i profesora, Valèria Gaillard. 




El hecho de que en la primera década del siglo XXI se hiciera correr su nombre como candidato al Premio Nobel de Literatura es una prueba más que fue un escritor más distorsionado que comprendido, sobre todo si pensamos que, pese a tener un reconocimiento institucional, casi no tenía nivel académico y tampoco proyección internacional. El origen rural, la formación autodidacta y la pertenencia a un territorio de frontera -con toda la complejidad que ello conlleva-, han contribuido a forjar una imagen de autor regional cuando, en realidad, su obra, destilada y vueltas críptica, alcanza una dimensión universal. Cerdà se sitúa en la periferia, cierto, una periferia no sólo geográfica como autor de la Cataluña Norte hacia la centralidad eclipsando de Cataluña, sino también creativa, ya que su obra se inscribe en una modernidad que no tiene nada que ver con los cánones regionalistas imperantes en la época en que empieza a escribir, a mediados del siglo XX. Una obra no muy extensa y pinzada entre dos culturas que sin embargo trasciende: la francesa y la catalana.

Antoni Cayrol -su verdadero nombre-, nació el pequeño aldea de Sallagosa, en la Alta Cerdanya, Estado francés, el 4 de noviembre de 1920, en un entorno de ganaderos propietarios. Antes de irse a vivir a Perpinyà, en 1960, Cayrol trabajó en la carnicería de su padre, un lugar que se convirtió en una auténtica escuela para este poeta que partía del real -la cotidianidad más prosaica-, a la hora de versificar. "Tuve que encontrar en una palabra la esencia de la poesía", afirmaba en una entrevista que le hizo el poeta Jean-Baptiste Para para France Culture, el 2001. Como catalán de la banda norte de la "raya" - la frontera-, y a raíz de la ruptura que supuso el franquismo, que cortó todas las relaciones entre cerdanos de ambos lados, el acceso a la cultura y la poesía catalanas fue para Cayrol toda una "conquista". Por este motivo tuvo que profundizar en la oralidad de una lengua y crear a partir del habla. La carnicería, donde se podía desahogar con las mujeres de las diferentes aldeas cerdanas, se convirtió así en el epicentro impensable de un frondoso intercambio lingüístico donde el poeta pudo tomar el pulso a "la vida de la lengua". Al mismo tiempo, espoleado por una gran curiosidad intelectual, leyó todo lo que caía en sus manos, logrando una vasta cultura internacional.

Durante la segunda guerra mundial, y alineado ya con las ideas de izquierdas (una orientación ideológica heredada en parte de su familia), se implicó en la Resistencia como pasador. Su filière llegó a pasar hasta 350 personas, gente destino o procedencia de Argel y correos clandestinos. "Vivíamos con el miedo de que la policía nos pillara y no pudiéramos mantener el silencio", comentó en la misma entrevista. Cayrol llegó a ser condecorado con la Cruz de Guerra con estrella de plata por el gobierno francés. La Ocupación fue un momento clave en su formación y dejó una huella duradera en su obra. En la pieza de teatro El dia neix per a tothom, por ejemplo, evoca la situación de los refugiados españoles durante la ocupación alemana a través del personaje del vaquero Peret, un refugiado catalán, traumatizado por la guerra civil y de sus hijos, que se implican en la Resistencia. Su compromiso político tuvo continuidad con el Partido Comunista Francés, del que fue miembro hasta el 2002. Este ideal de emancipación social late con fuerza en el conjunto de su obra. Debe entenderse también como el resultado de su voluntad de rehuir los corpiños, incluyendo el identitario y el cultural, el peso de las tradiciones y la religión.

La Cerdanya constituye el universo literario de Jordi Pere Cerdà. Este territorio, observado desde un prisma realista y que el poeta apresa con un lenguaje acuñado por su imaginación, es el escenario de su obra ya sea poética, teatral o narrativa. "La Cerdanya se presenta aquí como un cruce entre Vic / Ripoll y Lyon, entre las épocas, los estamentos sociales, las culturas, las políticas nacionales, etc.", señala la investigadora Marie Grau, estudiosa de la obra del poeta. En este sentido, uno de sus títulos más sorprendentes es Passos estrets per terres altes (Columna, 1998), su única novela. A través del personaje de una sola mujer, Teresa, el escritor retrata la vida cerdana del siglo XIX en una prosa que, sin ser nouveau roman, sumerge al lector en un universo que requiere claves interpretativas.

Más inclasificable es Cant alt, autobiografía literària (1988), en el que el escritor reflexiona sobre cuestiones políticas y sociales, y las relaciones con Barcelona y Cataluña. La naturaleza, por otra parte, es omnipresente en su obra, pero no como un elemento decorativo que se presta a hermosas descripciones, sino como un todo orgánico en el que el poeta se funde. Él mismo confesaba que, con la escritura, aspiraba a "rozar con la punta de los dedos lo vivo". En cuanto al teatro, su obra más representada, con una buena quincena de creaciones diferentes, es Quatre dones i el sol (1964), una pieza que destaca por la dimensión ejemplificadora de los personajes y las resonancias en el estudio de la sociedad tradicional, patriarcal, que se hace más pesado en tiempo de guerra.

A partir de los años 60, Cerdá se implicó en la defensa del catalán en la Cataluña Norte: participó en la Fundación del GREC (Grupo Rosellonés de Estudios Catalanes) y la Universitat Catalana d'Estiu. Llevó a cabo, además, una tarea de tipo etnográfico. Publicó la recopilación de canciones populares Contalles de Cerdanya (1959), y en 2016 apareció el volumen póstumo Cants populars de la Cerdanya i el Roselló. Sin embargo, mantuvo una postura crítica hacia los catalanistas militantes: "Ya fueran del Norte o del Sur, estaba en contra de los que apostaban por una politización de la cuestión catalana siguiendo un modelo que le parecía válido en el contexto catalán posfranquista, pero contra productivo en la Cataluña Norte ", opina Grau. Hay que tener presente que en las escuelas francesas adiestraba a los niños a ser buenos "citoyens" con lemas como "Soyez propres, parlez français" (sed limpios, hablad francés), encontrado en la escuela de Aiguatèbia, en el Conflent. Contrariamente a Cataluña, donde el catalán fue prohibido por el franquismo, en Francia la estrategia -que se ha mostrado más eficaz- fue despreciar todas las lenguas (aunque hoy llamadas "regionales"), que no fueran el francés. En cualquier caso, el empuje creativo de Cerdà desborda su territorio y se inscribe en un proyecto humanista de emancipación, tomando la escritura como herramienta privilegiada del pensamiento.

A pesar de este aislamiento, Jordi Pere Cerdà es de los pocos autores de la Cataluña Norte que ha conseguido publicar el grueso de su obra en Barcelona, ​​amparado sobre todo por Josep M. de Casacuberta y, en los años 80, por el poeta Àlex Susanna. De hecho, es el único autor norte-catalán que ha recibido el Premio de Honor de las Letras Catalanas (1995). Previamente había sido distinguido con el Premio Crítica Serra d'Or de narración para Col·locació de personatges en un jardí tancat (1985), la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya (1986) y también recibió el Premio de Literatura de la Generalitat de Catalunya por Poesia completa (1989), el Premio Nacional de Literatura por Passos estrets per terres altes (1999) y en 2007 el Prix Méditerranée del Rosellón por Voies étroites sur les hautes terres, la traducción francesa de su novela.

Hoy en día su legado se conserva en la Biblioteca de Catalunya y su obra incorpora, a cuenta gotas, nuevas traducciones al francés. La última, Comme sous un flote de sève, una antología de poesía traducida por Etienne Rouziès (La Rumeur libre, 2020). Salvo de la edición, en 2013, del volumen Obra Poètica (Viena), la mayor parte de su obra está agotada.

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