Institut Ramon LLull

Estimat Carles Santos

Música. 

Borja Sitjá, director del Archipel Scène National de Perpignan y amigo personal del artista, repasa en este artículo la obra "inmensa i emocionante" de un autor sin límites.




Me piden que hable de Carles Santos. Yo no soy critico de música, soy un director de teatro de esos que hacen posibles proyectos de artistas que les apasionan. Es el Caso de Santos, me apasiona y he trabajado con él, pero sobre todo le quería como se quiere a un amigo de verdad, y lo escuchaba como se escucha a un maestro. Hablaré, por lo tanto, de un amigo y de un maestro con el que he pasado momentos apasionantes, con quien he aprendido muchas cosas (la importancia del SI sostenido, por ejemplo) y con quien me he reído mucho, pero mucho.

Carlos Santos… no podemos saber aún la influencia que este monstruo, que este creador frenético y libérrimo, va a tener sobre la música y la escena europea de los próximos cien años.

Totalmente imposible de copiar, desconcertante, sorprendente. Se le puede sentir, quizás entender o vislumbrar, su trazo es siempre inesperado y sin embargo todo tiene al final sentido y siempre hay un discurso y un posicionamiento artístico que enlaza y da coherencia a toda su obra, una obra inmensa y emocionante. Su música paraliza, desconcierta y su utilización de la escena es absolutamente única y solo comparable a sí mismo. Siempre en función de su música; Santos no cuenta historias, en el escenario las canta. Su música es el personaje principal de todos sus espectáculos y la escena es un pentagrama que produce textos, actores y actrices, decorados y onomatopeyas.

La obra de Santos es una lucha perpetua contra la rigidez de la música que él califica como “una cosa muy seria”. Este planteamiento le lleva a adentrarse en caminos que le llevan a considerar la música como un dolor placentero y a su instrumento –el piano– como un potro de tortura, como un objeto de iniciación sexual o como un juguete que se puede destrozar.

Sin embargo, hay dos factores que impiden que la obra de Santos pueda girar hacia lo lúgubre, lo siniestro o lo pesimista: su profundo arraigo popular y su sincero amor por la cultura de las gentes, y su fabuloso, ácido y casi vicioso sentido del humor.

Con sus obsesiones, Wagner, Bach, el arroz, el piano, las palomas blancas y negras como las teclas, el mar, la barca de pesca, Vinaroz, las bandas valencianas, el Barça, la mujer… con todo eso construía su vida y su arte y si le hubieran despojado de ellas se habría suicidado.

Santos convivió con Dau al Set y se quedó con Pere Portabella, que lo llevó al cine, y con Joan Brossa, que lo llevó al teatro y mucho más allá.

Santos estuvo en la génesis del minimalismo neoyorkino con Steve Reich, John Cage, Merce Cunningham y Philip Glass que, cuarenta años después, le llamó Maestro después de un concierto en Nueva York, en 2009.

Fue protagonista de toda una gran época del Festival de Otoño de Paris donde presento por lo menos cinco espectáculos.  

Durante la dirección de Brian McMaster estuvo presente en casi todas las ediciones del Festival de Edimburgo.

Deslumbró a la Feria del libro de Frankfurt con su concierto para moto de trial y piano que títuló Ebrofalia Copulativa

Le puso música a Tirant lo Blanc y la escucharon en Berlín, Frankfurt y México.

Hizo humor profundo con Bach, Wagner y Schubert y lo vieron en México, en Bogotá, en Paris, en Lyon.

Aunque no siempre, los predictores culturales se portaron bien con él. Por ejemplo, hizo, en el Festival de Perelada, uno de los Barberos de Sevilla más apasionantes que he visto en mi vida, se hizo solo una representación y nadie la retomó después en Barcelona o en otro sitio. Una pena.

Tenía familia, troupe o banda, no sé cómo llamarlo. Una serie de gente que cuando Carles tocaba a rebato, estábamos allí firmes a lo que fuera necesario. Claudia Schneider, Toni Comas, Monica López, Marta Oliveres, Pere Portabella, Cesc Gelabert, Agustí Fernández, Pep Cortés, Josep María Mestres, Sol Picó, Manel Guerrero… yo mismo.

Carles calentaba las manos antes de un concierto tocando Haendel o trozos de un preludio o una fuga de J. S. Bach y acababa el calentamiento con la Partita n 1 en Si bemol, también de Bach, entera, repitiendo el Minueto 1 y 2 un par o tres de veces.

Yo le he visto, he sentido ese momento de respiración suspendida muchas veces, en Paris, en Frankfurt, en Bogotá, en Nueva York, en Madrid en Friburgo, en Barcelona o en Vinaroz.

La primera vez que le vi hacer eso fue en el Odeón en Paris, en el 92 antes de una representación de La Pantera Imperial, y le pregunté:

–¿Por qué Bach?
–Porque es el mejor –me contestó.

Ese era Santos en estado puro.

Luego estaba el genio, el amigo, el deslumbrante conversador el iconoclasta provocador convencido el conocedor profundo de la tradición popular y de la cultura más arraigada.

Un hecho, para terminar:

Santos, además de ser colombófilo, pescaba, tenía una barca y salía “a la tonyina” con sus amigos pescadores de Vinaroz. Un día le pregunté y me dijo que había vendido la barca y que ya no pescaría nunca más. Parece ser que había sacado un atún grande y que lo estaba subiendo a la barca con el bichero y me dijo: “cuando lo solté en la cubierta, el atún me miró y yo me puse a llorar. Ya no pescaré nunca más”.

Ese también era Carles Santos en estado puro.  

De las pocas personas irremplazables que se han cruzado en mi vida.

Capaz de casi todo, en cualquier lugar, es uno de los creadores catalanes más geniales, incisivos, sorprendentes y profundos que hayan podido existir.

Que solo debe estar el Bösendorfer Imperial de Vinaròs.

Te echamos mucho de menos los dos.

 

BORJA SITJÀ // @BorjaSitja
Director de l'Archipel Scène National de Perpignan

    Logo Institut Ramon Llull
  • Un consorcio de:

  • Generalitat de Catalunya Govern Illes Balears Ajuntament de Barcelona

Este web solo utiliza cookies de sesión con fines técnicos y analíticos; no recoge ni cede datos de carácter personal de las personas usuarias sin su consentimiento. Sin embargo, sí que utiliza cookies de terceros con fines estadísticos. Puede obtener más información sobre las cookies, administrarlas u oponerse a su uso haciendo clic en "+ Info".