Institut Ramon LLull

El triunfo de los hombres buenos en el cine

paperllull.  24/05/2020

Tras el éxito de 'Suc de Síndria', cortometraje de ficción ganador de los premios Gaudí y Goya, la realizadora Irene Moray se encuentra preparando su primer largometraje. En este artículo, se pregunta sobre qué personajes masculinos proyectamos nuestro deseo y nos hace propuestas alejadas de arquetipos tóxicos.




Voy a escribir un personaje masculino. Y no uno cualquiera, se trata del coprotagonista de mi primer largometraje. Quiero que sea un chico tierno, oiga. Pero que sea hot. Y me pregunto, ¿cómo hemos construido siempre el rol del héroe? Y es más, ¿sobre qué personajes masculinos proyectamos nuestro deseo?

En las listas de los personajes de cine más sexys aparecen James Bond, Chirstian Gray, Indiana Jones, Batman. Mucha coraza. A mis amigas las pone calientes el personaje de Michael Fassbender en Shame, un adicto al sexo que es incapaz de conectar o profundizar en ninguna relación. A Marta le encantan los mafiosos asesinos, se queda con el Michael Corleone de El Padrino. Y Carla está enamorada de Mark Renton, el protagonista de Trainspotting, se ve que le gustan yonquis y perturbados. A mí me da dolor de estómago. Propongo: "¿y el Ryan Gosling en Blue Valentine? Cuida a la prota, le come el coño ", lo intento defender. Pero no, María lo prefiere en su papel en Drive, haciendo de tío inaccesible, ligeramente maltratador.

La lista sigue, parece infinita. El Adam de Girls. Brad Pitt en The Fight Club. El Sullivan de Un amour de jeneusse. Y sí, él a mí también me encanta, pero es otra vez el mismo arquetipo, un hombre que desaparece, que no se comunica, que tiene como gran disparo el misterio. Y sí, cuando los cuerpos de él y Camille juntan es placentero, sin embargo, ¿es que me han enseñado a querer el misterio? ¿Me han educado, imagen tras imagen, a idealizar y romantizar una relación con un hombre que no acaba de ser? ¿Que no escucha? ¿Que está "demasiado ocupado" para atender las necesidades de la gente que le rodea?

¿Por qué?, ¿qué tienen sino en común todo estos hombres? Un mundo interior inaccesible. Un secreto inconfesable que los tortura o los separa de la sociedad. Son atractivos, corpulentos, seductores y totalmente herméticos, no están muy disponibles para las mujeres ni para ningún otro personaje de la trama, claramente tienen cosas más importantes que hacer que cuidar de los demás.

Si el mensaje que estamos enviando es que para ser un hombre deseable debes tener secretos, ser manipulador y no mostrarte más vulnerable, es un mensaje bien tóxico. Es posible ser un hombre atento, tierno y sexy, solo necesitamos educar la mirada. Y ese es el tipo de personaje que quiero construir, porque estos son los hombres que quisiera que habitaran el mundo. Por eso mismo, he hecho una pequeña lista celebrando algunos de los personajes más hot, que a la vez son blanditos y estimables. Por tu disfrute y para nuestra salud colectiva, aquí los tenéis:

Néstor, el bakala sensible

La Inocencia de Lucía Alemany nos presenta un personaje masculino que de entrada puede generar prejuicios. Es un canino, se mete rayas y siempre va a buscar a Lis con su descapotable. Nos tememos lo peor: que sea celoso, posesivo o violento, y de hecho, es todas estas cosas. Pero en el momento en que la protagonista se encuentra en medio de un conflicto grave, Néstor se muestra disponible y comprensivo. La apoya, la deja decidir y le quiere estar a su lado. Él manifiesta su rabia, da golpes en las paredes y claramente a ratos, la relación se vuelve tóxica, pero es cuando está. Y es capaz también de mostrarse triste y vulnerable, hundirse en brazos de Lis y dejarse consolar.

Brady, un cowboy que cuida

Un chico que acaricia el cuello de un caballo con suavidad y ternura, esta es la primera imagen que nos regala The Rider de Chole Zhao. En medio de un ambiente de masculinidad tóxica, entre rodeos y subastas de caballos, Brady escoge los cuidados. Cuida a su hermana pequeña y a un amigo que se está recuperando de un accidente. Y también, claro, cuida los caballos. Los doma a través de la empatía, escuchándolos, ganándose su confianza. Cuando monta, se funde con el animal, mueve el cuerpo al compás del galope y mira para arriba las orejas largas, así ven el mismo y puede meterse en su piel.

Kevin, caricias a la luz de la Luna

Nos acercamos a Kevin con un deseo tímido a través del protagonista de Moonlight del Barry Jenkins. El personaje está interpretado por tres actores de edades diferentes, pero eso no nos impide enamorarnos de él ya en la adolescencia y frisar por el reencuentro en la edad adulta. Nos encontramos entonces ante un hombre sencillo que tiene las cosas claras y que se dedica a cocinar y servir comida a un restaurante. Es una persona atenta, que da amor y caricias desde un lugar casi místico, de querer llevar solo cosas buenas al otro. Sobre la arena a la luz de la Luna o en la intimidad del dormitorio, el Kevin muestra su amor con las manos.

Adrien, está para comérselo

En Raw de Julia Ducournau, Justine tiene un compañero de habitación, Adrien, que le dice desde el principio que es gay. Él no desea a la protagonista porque no se siente atraído por las mujeres, y por eso mismo nosotros tampoco la sexualizamos a ella como espectadores. Ni su cuerpo, ni su ropa, ni su actitud. Pero Justine sí que mira a Adrien, y nos fundimos con su mirada y lo miramos con ella, tu torso desnudo jugando al fútbol, ​​sus labios, los músculos en tensión, la carne. Ella sí lo mira, y remarco esta mirada porque siempre se las ha castigado, a las mujeres que miran. Ella sí lo desea, lo comería a mordiscos y nosotros también.

El cura de Fleabag, por el amor de Dios

La segunda temporada de Fleabag girará en torno al enamoramiento de la protagonista y un cura. El conflicto está claro y a la vez es simple: han escogido vías diferentes de expresar su amor y deseo. Los problemas no nacen de cómo se relacionan entre ellos, no se tratan mal, más bien lo contrario. Ambos se cuidan, se quieren, de una forma muy pura y real, tanto, que se les hace imposible separarse. Y la sangre nos hierve a cada encuentro y nos dejamos cautivar con la protagonista para este hombre que la escucha y que la mira y que es la única persona que se da cuenta de que ella, a veces, marcha a otro plano de la realidad. Así es como está, de atento. Y un amor así de sano, bien lo sabe Dios, es sagrado.

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