Institut Ramon LLull

Creación catalana con chucrut

paperllull.  França, 14/02/2020

Mulhouse (Milhüüsa en alsaciano, Mulhouse en alemán) es una ciudad francesa del tamaño de Girona, situada en el departamento del Alto Rin, a medio camino entre Estrasburgo y Basilea. Estamos hablando de Francia, sí. Y para más inri, de una ciudad que está a cuatro pasos de Alemania y Suiza. Una idea de Europa. Wes Anderson podría ambientar su próxima película.




En Mulhouse, conocida como "la Manchester francesa", hay de todo: arquitectura gótica, un ensanche del siglo XIX, parques fantásticos y mucha lluvia. También tienen la suerte de contar con La Filature (la herencia textil es bien visible), un centro nacional de artes escénicas construido en 1993 sobre una antigua hilatura de algodón, que acoge entre sus paredes hasta tres teatros y una galería de exposiciones. El sistema de los centros dramáticos nacionales de Francia es envidiable, sí, pero de eso ya hablaremos otro día. Dentro de las actividades de este centro, cada año tiene lugar el festival Vagamondes, que se define como el cruce entre las artes y las ciencias humanas y que este año tuvo lugar del 14 al 25 de enero. La octava edición, bautizada como "festival de las culturas del sur", presentó espectáculos provenientes de varios países de África, de Israel ... y de Cataluña. Y es que el festival dedicó un foco a nuestros artistas, y con el apoyo del Llull viajaron hasta Mulhouse hasta 9 compañías catalanas.

"Excéntrica, sorprendente, divertida, alegre y poco convencional". Con estos adjetivos se describía la cultura catalana, en un foco que eligió la Sagrada Familia (con una bailarina de La Veronal superpuesta) como imagen promocional. En el programa de mano del festival se hablaba de los "hijos de Gaudí y Dalí", como si (todos) los catalanes fuéramos seres surrealistas y modernistas con dos padres (uno mucha misa, el otro muy franquista), la perfecta expresión del seny i la rauxa tan nuestros. En Mulhouse se pudieron ver espectáculos de danza, como Pasionaria de La Veronal, Likes de Núria Guiu y A ver de Sonia Gómez, la instalación sonora y visual Demons, de CaboSanRoque, el circo contemporáneo de Los Galindos con Udul, o la rumba catalana de Tato García. También viajaron espectáculos tan multidisciplinares, transgresores y txipiriflàutics como Kingdom, de Agrupación Señor Serrano; Bad translation, de Cris Blanco; El mínim, de Cris Blanco, Guillem Mont de Palol y Jorge Dutor; o Rebota rebota y en tu cara explota, de Agnès Mateus y Quim Tarrida. Una excelente muestra del panorama de las artes en vivo que se hacen en Cataluña. Y sí, una serie de compañías que trabajan mucho más en el extranjero que en nuestro país. Hemos hablado con algunos de ellos.

 

"Ellos compran el Corte Inglés, nosotros compramos en el chino". Así describe Alex Serrano las diferencias principales entre las compañías de norte allá y las catalanas: no tanto a nivel de estilo o lenguaje (todos somos Europa) sino, sobre todo, de tipo económico. Las condiciones a la hora de crear y explotar un espectáculo, por no hablar del régimen de artistas que tienen en Francia, están muy alejadas de las que tenemos aquí. Serrano no cree que en el extranjero tengan una imagen muy formada de la escena catalana, y dice que como mucho, se conoce el Teatre Lliure o el TNC. "O te hablan de La Fura" (glups). La productora de los Serranos, Paula Sáenz de Viteri, destaca la buena organización del festival y todas las facilidades que tuvieron a la hora de hacer el bolo de Kingdom. Las buenas relaciones entre las compañías catalanas (mal iríamos si no se llevaran bien), ejemplificaron con el hecho de que CaboSanRoque, que habían subido a Mulhouse unos días antes, pidieran a Serranos si los podían "subir" algún material que habían olvidado . Roger Aixut (el 50% de CaboSanRoque junto con Laia Torrents), me contaba por teléfono que gracias al festival Vagamondes la instalación Demons ha cambiado considerablemente: todas las personas que hablan en el muro de pantallas, que antes eran subtituladas, ahora son dobladas (por un solo hombre y una sola mujer), lo que aporta un elemento "extra" de extrañamiento y distanciación en la pieza, y que se puede adaptar a cualquier lengua del mundo. Aixut me dice que cuando viajan por el mundo les hablan de Joan Brossa y Joan Miró ( "los dos Joans") y que tiene la sensación de que fuera a veces se sorprenden de la variedad de nombres que tiene la creación contemporánea catalana.

Agnès Mateus y Quim Tarrida confiesan que no fue hasta que llegaron a Mulhouse que se enteraron de que había un foco catalán. "Las focas catalanas", como ellos prefieren llamarse. Mateus destaca que el festival sirvió, sobre todo, para encontrarse con artistas y compañías amigas: como la mayoría trabajan más fuera que aquí (Rebota rebota ... ya tiene unos cuantos bolos apalabrados en Francia y Bélgica) fue una ocasión ideal para compartir experiencias y comida alsaciana. Mateus y Tarrida coinciden con Serrano: creen que en Europa no se conoce demasiado la escena catalana, y de hecho para las actuaciones en Francia han eliminado el chiste sobre la Fura del espectáculo, porque el público no lo captaba. Los creadores comparten, con los Serranos y con Núria Guiu, un elemento clave para actuar en el extranjero: la traductora. Marion Cousin ha sido la encargada de traducir al francés y activar los sobretítulos de Kingdom, Rebota rebota ... y Likes, de Núria Guiu.

 

 

La coreógrafa de Mollet del Vallès, acostumbrada a girar sola (o con un técnico), destaca también la buena organización del festival y que se alegró de poder compartir tiempo y espacio con sus colegas y amigos catalanes. Guiu me cuenta que cuando dice por el mundo que es catalana le preguntan por la independencia ( "Cómo estás?", Con voz compungida) y, con respecto a la danza contemporánea, cree que se conocen nombres como los de La Veronal o IT danza. La bailarina, que ha tenido la posibilidad de vivir en diferentes lugares del mundo, se queda con Barcelona: a pesar de las muchas carencias que tenemos en cuanto al apoyo a la creación y la ausencia de espacios de exhibición, prefiere el " caldo de cultivo "que tenemos en Cataluña, con espacios como La Poderosa, El Granero, La Caldera o L'Estruch.

El público de Mulhouse (que llenó funciones y coloquios) pudo disfrutar, durante el festival, de una muy buena muestra de la creación catalana contemporánea. Las artes en vivo de casa que más nos representan son estas, las más multidisciplinares. Hartos de coger aviones y hacer y deshacer maletas, nuestros artistas más viajeros reclaman, unánimemente, tener más posibilidades de trabajar en casa. Nos encanta que vayan por el mundo llevando nuestro nombre con talento y alegría. Pero si os han visto en Mulhouse, "la Manchester francesa", también os queremos ver en Cardedeu, Mollerussa y Berga.

 

ORIOL PUIG TAULÉ
@oriolpuigtaule

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