Institut Ramon LLull

Maria Teresa Carbano, presidenta de la Fundación El Libro: "Para los argentinos, Barcelona es una ciudad deseada"

Literatura.  Barcelona, 21/03/2019

Maria Teresa Carbano es, desde el último mes de septiembre, la nueva presidenta de la Fundación El Libro. En un primer contacto de proximidad con ella, enseguida te das cuenta que sabe escuchar y sabe reír. Que mantiene una agradecida predisposición por la buena conversación y que intenta rehuir el ruido de esta era de inmediatez y de fast food emocional e informativo que nos ha tocado vivir. También te das cuenta, enseguida, que le gustan los libros y, en especial, la fascinación de tener uno en las manos, en el buche y el corazón.




Como nueva presidenta de la entidad que organiza la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, Carbano asumirá el reto de contar este 2019 con Barcelona como ciudad de Honor invitada. "Todo un orgullo para nosotros", tal como dice, con toda la honestidad y franqueza posibles, ilusionada de repasar un programa intenso, que da gusto, con una increíble avalancha de autores, de inquietudes y de vidas que ayudarán a dar color a una de las ferias con más tradición y presencia de Latinoamérica.

- Desde Cataluña y Barcelona, ​​percibimos como una gran oportunidad estar en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires: proyección, difusión, una posibilidad de intercambio muy interesante entre editores y autores, la posibilidad de una ventana abierta para nuestra cultura. ¿Cómo se vive desde el otro lado, desde Buenos Aires?

- ¡Para nosotros es una presencia muy importante! ¿Por qué? Porque se trata de Barcelona y porque para los argentinos -y para los porteños- Barcelona representa una ciudad deseada. Imaginada con todas las bondades de una ciudad que ahora mira al mar, de una ciudad cosmopolita, con una cultura riquísima, con cantantes que adoramos como Joan Manuel Serrat, y también con escritores que leemos con fruición. Barcelona denota una cantidad de elementos propios de la belleza, la cultura y la vida social.

- Para la Feria, pero también para los porteños en general, es una visita importante.

- Sí. Y es una visita importante porque es la realización de la aspiración de conocer más Barcelona. Estos días que he estado aquí para presentar los actos, he percibido la importancia que tiene para vosotros esta presencia en la feria-y más allá de Barcelona- para Cataluña. En este sentido, pienso que estar en la feria es una gran manera de exportar la cultura catalana. Pienso que la cantidad de años que estuvo prohibida la lengua catalana, cuando sólo se podía hablar dentro de las casas, les ha dado -como catalanes- un deseo enorme de querer comunicar esta cultura en todas partes donde sea posible. Y también me doy cuenta de que los catalanes valoráis Buenos Aires y la Feria como un espacio privilegiado para hacerlo.

- Antes me decía que Barcelona es una "ciudad deseada". La conexión Buenos Aires-Barcelona parece tener un componente mágico, místico.

- Hay "onda" (ríe). Quizá tiene que ver con el exilio bidireccional. Los escritores catalanes que fueron a Buenos Aires después de la guerra civil crearon editoriales, como Editorial Sudamericana, que fue quien publicó Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. Por un lado, tiene esta influencia de escritores catalanes que entre el 36 y el 39 se establecieron, fundaron familias y crearon cultura en Buenos Aires, y que fortalecieron una industria editorial muy poderosa en América latina. Esto, en la banda de lo que Argentina recibe de Barcelona.

- Y por otro lado, ¿qué recibe Barcelona de Buenos Aires?

- Recibe un exilio después de la dictadura, también. La ciudad acoge psicoanalistas, escritores, una movida cultural de quien huye. ¿Y por qué Barcelona? Hay esa sensación que somos muy parecidos, que tenemos unos caminos que van paralelos, similares. Y creo que esto pasa por la idea de la creatividad, de lugar preeminente que tiene la cultura en Barcelona.

- ¿Qué conseguiremos con esta presencia en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, los escritores catalanes?

- Os servirá para daros a conocer, absolutamente. En Argentina tenemos el Programa Sur, un programa de fomento a la traducción, muy similar al que tiene el Institut Ramon Llull. La posibilidad de que se hable con los editores catalanes que sean a la FIL y de explicar el programa y las posibilidades de ayuda para traducir de catalán a castellano y viceversa, me parece que abre una gran puerta a las traducciones y las coediciones. Creo que la FIL será importante en este ámbito.

- ¿Se conoce la literatura de Barcelona y de Cataluña en Buenos Aires?

- La literatura en castellano se conoce muchísimo. En catalán, no tanto. Pero sí la literatura escrita en catalán -y la lengua catalana en sí- es percibida como un gran privilegio cultural. Es decir, el catalán tiene prestigio. Y tiene por lo mismo que decíamos antes. Hay una presencia catalana de peso, en Argentina, y esperamos que después de la FIL la literatura en catalán se conozca mucho más. Este es uno de los grandes objetivos.

- En Buenos Aires, la ratio de librerías por habitante es espectacular. En Barcelona también pasa, con un florecimiento de muchas librerías independientes, pequeñas, de barrio, que generan mucha actividad y muchos clubes de lectura. ¿Como está ahora la situación del libro en Buenos Aires?

- A nosotros, lamentablemente ahora nos pasa al revés. Atravesamos una crisis económica que, concretamente, es una crisis de consumo. ¡Si ha caído el consumo de alimentos, como no debe caer la compra de libros! O el hecho de ir al teatro o al cine, que también han bajado. Pero es normal, porque no son cosas de primera necesidad. Y esto hace que, editorialmente, estemos atravesando un momento muy duro. Tenemos que ver cómo se puede detener esta caída. ¡Sin embargo, no hemos de carácter en el desánimo! Estamos organizando una feria potente, con atractivos, buscando nuevos recursos, siendo austeros en lo que podemos serlo.

- Llevan 45 ediciones. La Feria Internacional del Libro está plenamente consolidada. ¿Para todos aquellos que no hemos sido nunca, como es el ambiente de la feria?

- ¡Es una fiesta, absolutamente! Y es una de las joyas de Buenos Aires. Y organizada por el sector privado, no es el Estado el que lo implementa. La gente espera ir a la Feria, es como una cita de honor. Todo el mundo quiere pasar, aunque sea sólo un día o unas horas. La Feria recibe un público que durante el año no visita librerías, porque la feria democratiza y desacraliza el libro. Es un ámbito donde todo el mundo puede ir y mirar libros, sin sentirse extraño.

- ¿A qué cree que se debe este éxito?

- A que hay mucho contacto directo entre autor y lector: hay mucha firma de libros, hay mucho de cara a cara. En total, son 1.500 actos culturales, con un programa que no creo que tenga ninguna otra feria de estas características en el mundo. Es un programa único, que muestra la diversidad editorial del país. Y hay que destacar que no tenemos ninguna presión por parte de nadie, ni editorial ni empresarial, ni nada: a diferencia de lo que ocurre con otras ferias, que tienen alguien que apadrine el programa, nosotros vamos siempre con los recursos escasos, pero tenemos una libertad absoluta.

Artículo de Esteve Plantada / @eplantada

"Barcelona denota elementos propios de la belleza, la cultura y la vida social"

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