Es uno de los fundadores y el director artístico del Ensemble CrossingLines de Barcelona, donde se encarga de la improvisación con electrónica en vivo y de tocar la guitarra eléctrica. Su trayectoria musical viene definida por una cierta insatisfacción, que se manifiesta en una constante revisión de las ideas que originan su música y que se articula como permanente necesidad de buscar.

Primero de todo, enhorabuena por el premio que le ha otorgado la Fundación Ernst von Siemens. ¿Qué supone este reconocimiento por su carrera profesional y para la música catalana?

Muchas gracias. En primer lugar, el premio es muy importante para mí por la posibilidad de grabar un disco con mi repertorio de cámara / ensemble de los últimos 4 años en muy buenas condiciones. Para mí era importante hacer una mirada y revisión de lo que he hecho y poderlo dejar grabado. Además, espero que al menos durante un tiempo, la visibilidad del premio me permita estar en una mejor posición para escoger y decidir los proyectos en los que participar.

El concepto música catalana es demasiado abstracto como para hacer alguna aproximación sobre la influencia de este premio. Ciertamente tiene una fuerte repercusión pero lo más importante es que no sería nada sorprendente que lo hubiera ganado algún otro compositor catalán de mi generación. Que haya recibido este premio es un feliz giro del destino, pero es menos importante en comparación con la música que los compañeros de mi generación están escribiendo y que claramente demuestra que existe un fuerte valor humano. Me refiero a, por ejemplo, compositores catalanes de mi generación con los que he podido trabajar y conocer a fondo su música gracias al Ensemble CrossingLines (del que soy director artístico) como Carlos de Castellarnau, Joan Magrané, Raquel García Tomás, Octavi Rumbau o José Sanz. Y no olvidemos que el compositor Hèctor Parra, de gran reputación, también ganó el premio en 2011. No obstante, y creo que no me equivoco si hablo también en nombre de Parra, ambos hemos desarrollado nuestras obras principales fuera de nuestras fronteras, lo que ya nos hace ver algo.

Como intérprete, reivindica la improvisación, que considera que debería ser más frecuente. ¿Como lo liga con su faceta de compositor?

Más bien reivindico la improvisación como oyente más que como intérprete. Creo que improvisar y componer son actividades esencialmente diferentes con frutos, afortunadamente, diferentes. Pero es cierto que una parte considerable de la música que escucho últimamente en vivo es improvisada y que esto está empezando a influir en mi manera de pensar la música.

Este año pasado el Huddersfield Contemporary Music Festival, apostó claramente por compositores e intérpretes catalanes. En la presentación del programa Àlex Susanna definió la música contemporánea catalana como " el secreto mejor guardado de nuestra cultura”. ¿Cómo pueden ayudar festivales como el hcmf / / al reconocimiento de nuestra música?

Estoy muy de acuerdo con Àlex Susanna y creo que es una apuesta valiente. Creo que una cultura fuerte es una cultura que mira al futuro, y creo que - en especial a partir de la creación de la Escuela de Música de Cataluña (ESMUC) - muchas cosas dentro del campo musical cambiaron y están cambiando a mejor. Hay un valor humano muy grande, pero no debemos olvidar que son necesarias unas infraestructuras donde este valor se pueda desarrollar y sobre todo que pueda tener continuidad (algo que se pone en riesgo si, como está pasando en ESMUC, es recortan los recursos disponibles). En relación al festival, el compositor residente fue muy merecidamente Hèctor Parra y estoy seguro de que este hecho supuso una buena difusión, aunque lo más importante es el trabajo constante y que exista una continuidad.

Usted ha estudiado y vivido durante tiempo en Alemania, ¿cree que este ha sido un factor importante a la hora de conseguir proyección internacional?

El 80 % de los encargos que he recibido en los últimos 4 años han sido financiados en Alemania, Francia o Suiza. La importancia de salir fuera no recae simplemente en la proyección sino sobre todo en poder llevar a cabo mis ideas musicales. Pero lo que es realmente importante de haber vivido fuera de Cataluña es el abanico cultural que he tenido la oportunidad de conocer. Asistir a conciertos y escuchar música es un elemento esencial en mi educación y mi visión sería muy limitada si no hubiera vivido fuera. Un problema que tenemos los países del sur de Europa es que es muy raro que realizamos estrenos de compositores que no sean de nuestra casa. Parece una manera de proteger nuestra cultura, pero es una manera de aislarla. Si sólo programamos autores internacionales cuando ya están consagrados, nuestro público, compositores y músicos, no tienen la oportunidad de conocer la música que esta naciendo ahora mismo, y este elemento de total actualidad es un atractivo a tener en cuenta.

Desde su Ensemble CrossingLines buscan reflejar una visión diferente de la creación contemporánea. ¿Cómo afrontan este reto?

La existencia del ensemble CrossingLines es prácticamente un milagro, una rareza cultural. Creamos el grupo porque nos gusta hacer música con un nivel de implicación muy alto, y porque hay una manera de trabajar que es difícil de encontrar. Prácticamente todos los músicos del grupo han vivido o viven fuera (algo lógico dado su nivel y las pocas opciones que aquí encuentran) y los inicios del grupo han sido muy difíciles, pero el compromiso individual de la gente ha hecho posible proyectos impensables. El grupo es una manera de poder construir algo, crear ideas y proponer como nos gustaría que fuera la realidad cultural. Es una carga de esfuerzo muy grande que sólo puede entender quien haya intentado realizar un proyecto empezando desde cero, pero compensa saber que hay toda una generación de compositores vinculada a nosotros que ha realizado piezas de mucho valor.

Somos optimistas porque tanto las instituciones culturales como el público están dando cuenta del valor del trabajo del grupo y cada vez podemos realizar proyectos más ambiciosos. Ahora el reto es poder seguir creciendo y conseguir unas mejores condiciones para poder conseguir una dedicación más exclusiva a este proyecto.

Para terminar, ¿nos puede adelantar alguno de sus proyectos de futuro?

Como compositor, en el futuro más inmediato debo grabar, con la colaboración del Auditorio, la gente de Nieve Records y otros músicos, mi última pieza "π" para guitarra eléctrica, trombón, contrabajo, glockenspiel, sintetizadores modulares y electrónica, en la que participo además como intérprete, y que se publicará en el disco monográfico fruto del premio. Más tarde tengo que terminar "albedo" para piano electrónic, pieza que me encargó la pianista Luisa Espigolé y que llevo pensando y rescribiendo desde hace más de dos años (aparte de que soy lento, escribir algo para piano que no sea una repetición de algo me parece muy difícil, y probablemente no lo consiga nunca). Para principios de 2015, habrá un concierto monográfico en Paris, fruto de un premio que el Colegio de España y el INAEM me dieron y que conlleva el encargo de una nueva pieza. Presumiblemente este concierto se repetirá también durante 2015 en una ciudad española, aún por decidir.

Paralelamente, tengo algunos proyectos variados de piezas y conciertos con sintetizadores modulares que conllevan una doble implicación de compositor / intérprete, lado que en los últimos tiempos he necesitado desarrollar y en el que quiero invertir cada vez más tiempo. Como director artístico del grupo CrossingLines, tenemos todavía 3 conciertos dentro de la presente temporada (en la fundación Tàpies y en el Ateneo Barcelonés) y una próxima temporada muy interesante que se está acabando de perfilar, con una presencia más importante del grupo a nivel europeo. En varios de estos conciertos debo, además, de director musical y guitarra eléctrica.