La Plaga ha sido nominada en la categoría European Discovery de los European Film Awards. ¿Cómo te sentiste cuando recibiste la nominación?

Primero fue muy raro porque ya lo sabíamos pero aún no se podía hacer público. Por eso no nos lo acabábamos de creer. Cuando se hizo público fue muy emocionante. Además, el premio viene de la academia del cine europeo, que es con la que me he formado y mi referente. Para mí es muy especial.

Ayer se presentó La plaga en la Filmoteca de Barcelona, pero la gira es por Europa. A lo largo de este mes se podrá ver en París, Berlín, Amsterdam, entre otros. ¿Cómo prevés que esta gira puede afectar a los resultados de premio?

Yo creo que los efectos de la gira en la votación serán muy limitados, pero nos permitirá posicionarnos y situarnos en el mapa. No tenemos muchas esperanzas de ganar el premio porque la plaga compite con otras producciones con una dimensión mucho mayor. A nosotros no nos ha apoyado ninguna gran distribuidora nacional, hemos pasado directamente al nivel europeo, y es allí donde hemos tenido mucho más reconocimiento. Aún así estamos muy contentos de ser una de las cinco producciones nominadas, y creemos que esto puede determinar el futuro de la película.

La crítica internacional ha hecho una lectura de este largometraje como un retrato de la de la crisis en España. ¿Crees que este es uno de los ingredientes que le han dado el éxito internacional?¿Qué otros añadirías?

Ha sido un proceso extraño. Es una película que no ha contado con mucho presupuesto y realmente no es muy conocida. Pero desde el estreno en Berlín y en los diferentes festivales por los que ha ido pasando, ha encontrado fervientes defensores de la película. Esta gente ha sido la que ha hecho posible las nominaciones porque se ha generado una bola de nieve. Yo creo que lo que más seduce al público y a los profesionales del sector es la mezcla entre ficción y realidad. El espectador no sabe si está viendo ficción, porque la estructura de La Plaga es propia de este género, o realidad, porque los personajes no son actores y eso hace que la dosis de autenticidad sea muy alta.

Después de cuatro años dedicados a La plaga, ¿qué proyectos de futuro tienes en mente?

Con Pau Subirós hemos comenzando a escribir la historia de una familia catalana desestructurada que va a pasar las vacaciones de Navidad en Senegal. Queremos mostrar los problemas que suponen las expectativas de un viaje y cómo afecta todo ello en las relaciones familiares. La idea es ir más allá en la ficción pero no queremos perder la autenticidad ni la dosis de documental.