Patrizio Rigobon
El magnífico sol veneciano, siempre un poco más tímido allí donde el Mediterráneo se llama Adriático, y el ambiente festivo de los grandes barcos de los cruceros que van entrando en la ciudad y pasando muy cerca del pabellón y descargando miles de turistas en la lejana terminal, no apartaron los protagonistas de una visión realista. "Esta exposición era necesaria precisamente ahora, cuando había una crítica sobre las consecuencias de la situación económica. Puede ser que el pabellón catalán sea el único que lo haya planteado tan claramente", dice Noelia Asensi. "Pienso que sale una imagen del paro en Cataluña verdadera: es un problema que afecta a todo tipo de personas y cada persona tiene todo un mundo alrededor, de participación social, de incidencia: todos aportamos lo que tenemos en la sociedad "añade Joan Andreu Parra.
En este sentido, los objetos personales escogidos (que van de una máquina de afeitar a un cojín pasando por una estatua de jardín de Blancanieves, entre otros) son a la vez depósito de memoria y esperanza para el futuro, con una dimensión estética tamizada crítica de los evaluadores de un museo de arte contemporaneo. "El resultado de cómo ha quedado todo me sorprende agradablemente", concluye Pedro González.
El arte, en este sentido, sirve también para que la sociedad se dé cuenta de los problemas del paro, del alojamiento y de las hipotecas. "Hay gente - dice Jazmín Sánchez - que cuando le han resuelto sus asuntos se desvincula totalmente de la problemática del paro y se va acostumbrando a esta situación". Y la política se ha alejado de la gente. Alejandro Roldán se pregunta: "¿Por qué se han divorciado los políticos de los ciudadanos? ¿Por qué no supieron conectar con la realidad y no supieron acercarse a la gente? Ya no hay política ideológica, sino globalización del poder económico. Nosotros podemos demostrar que esta muestra visual no es tan sólo un proyecto de arte". El arte que pone en el centro la persona, como tal vez debería hacer la economía, es una de las ideas compartidas. En este sentido Juan Andrés Parra enfatiza un concepto que, a raíz de su baja incentivada y voluntaria del trabajo, quiso trabajar: "Lo que quería hacer era poner mis capacidades al servicio de la economía social".
¿Y Venecia, la ciudad que acoge las exposiciones de la Bienal? "La decadencia - observa Noelia Asensi - es parte de la esencia de la ciudad. Es una decadencia en realidad hecha expresamente". En Venecia "puedes escaparte de la gente por cualquier callejón", opina Jazmín Sánchez. Por eso, quizás, la ciudad es una metáfora inmejorable de una contemporaneidad cargada de historia, de historias que encontramos en cualquier rincón y que nos escapan. En el pabellón "25% Catalonia at Venice" Jordi Balló, Francisco Torres y Mercedes Álvarez han sabido fijar imágenes, palabras y sonidos originales en 8 historias personales representativas de una realidad que a menudo se nos escapa o queremos huir, apartando la mirada. Pero, aunque la apartamos, cada uno de nosotros formamos parte de estas mismas imágenes, nos encontramos dentro y, por tanto, ya no nos "representan" sino que "son".
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