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David Victori: «Me gustan las películas que te arrastran, que son un tsunami»

paperllull.  SITGES, 18/10/2020

En el año 2012 ganó el Your Film Fest, concurso organizado por Youtube y con Ridley Scott de padrino, y poco después trabajaba en una serie en línea bajo la producción de Michael Fassbender. Este año, David Victori se consolida como cineasta con No matarás, un segundo largometraje que presenta en la 53 edición del Sitges Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña y donde nos adentramos en una Barcelona de luces de neón y giros inesperados.




David Victori (Manresa, 1982) debutaba en el largometraje en 2018, con el terror psicológico de El pacto (2018). Dos años más tarde, y tras una fulgurante carrera como talento precoz que ha sido reconocida por cineastas de alcance internacional como Ridley Scott o Michael Fassbender (ganador del Your Film Fest, organizado por Youtube y autor del cortometraje La Culpa y la serie en línea Zero), el diector catalán presenta No matarás al Sitges Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña. Un thriller angustioso situado en una Barcelona poco vista en el cine, de luces de neón y giros inesperados, donde demuestra la buena mano para tejer tramas y hacer viajar al espectador con los personajes.

Estrena nueva película en Sitges. ¿Qué supone hacerlo aquí y este año?

Sitges tiene una energía única. Es nuestro festival con más reconocimiento internacional, pero también es una semana de ambiente precioso y inimitable. Hace doce años estrené La culpa, un cortometraje que me ha dado muchas alegrías. Desde entonces, me he vinculado emocionalmente y profesionalmente con el certamen: a los tres años, estrené allí Zero, nos llevamos un premio, el Sitges Cine365 Film. Por todo ello, volver a estar aquí supone muchas cosas, y se añade el hecho de que juego en casa. El día del estreno vendrá toda mi familia y amigos, y me encanta que así sea, porque ahora mismo es el lugar perfecto para celebrar el cine.

Has contado con el padrinazgo de referentes internacionales como Ridley Scott y Michael Fassbender. Siempre pensamos que el talento de casa tiene que dar el salto a la gran industria americana, si quiere triunfar. Pero tú, de momento, te has quedado en casa.

Hoy en día no tengo tan claro que se tenga que dar este salto. La industria ha cambiado mucho en los últimos años. Ahora mismo estoy en Madrid, dirigiendo una serie para Netflix con los creadores de La casa de papel. Rodar con los recursos, medios y dinero con que contamos, hace unos años era impensable, un sueño. Para que pasara, tenías que marcharte. Pero ahora no, estamos haciendo una serie que es un "global show", dirigida a el mundo. Mientras rodamos, sabemos que se verá en todas partes, en Estados Unidos, en América del Sur, en Asia.

Ha sido un cambio muy repentino. Cuando está creando, tu generación ya piensa en un marco global.

Antes tenía sentido irse fuera para poder crecer como autor y para hacer proyectos más ambiciosos y más grandes. Pero en una industria como la de ahora, con más recursos y globalizada, y donde tu producto viajará por todo el planeta, pues ya no es tan necesario. Después de todo, yo quiero hacer historias que me muevan, que me motiven y que se puedan hacer con las necesidades que cada historia requiera.

La nueva generación tiene nombres como Carla Simón, Elena Martín, Elentra Trapé, Neus Ballús, Carlos Marqués-Marcet, con dos precursores como J. A. Bayona o Collet Serra. Parecía que el cine catalán debía ser de arte y ensayo, pero todos juntos, cada uno con sus matices y especificidades, demostráis que no, que se pueden ganar grandes premios de prestigio internacional y llegar al público.

Es un cambio generacional, ciertamente. Nosotros hemos crecido con un cine de vocación comercial, con la intención de llegar al gran público. Es lo que hemos aprendido y hemos querido, como espectadores. Después, esto se junta con escuelas de cine muy buenas creadas en Cataluña. Y también hace mucho que tenemos referentes que nos han demostrado que era posible. En mi caso, fue Alejandro Amenábar. Él empezó una generación de cineastas de todo el Estado que creyó que se podía hacer un tipo de cine ambicioso y de gran alcance. Y así lo percibimos desde nuestra generación. Recuerdo salir del cine después de ver Abre los ojos (1997) y pensar que ese cine era lo que yo quería hacer, y que era posible hacerlo.

No matarás apela mucho a los sentidos: el peso de la música y el sonido, el tratamiento del color, las escenografías escogidas, el ambiente de angustia... son elementos que tienen mucha importancia.

Absolutamente. Todo el trabajo de cámara, de música y de sonido, siempre es a favor de lo que está sintiendo el personaje. Quería generar una experiencia al espectador. Me gustan las películas que te arrastran, que son una especie de tsunami. Que cuando acabas la película sientes que has vivido algo, y que lo has hecho porque te ha secuestrado mental y emocionalmente. Que la historia te ha permitido hacer un viaje. Creo que la gente que ha visto la película está viviendo este viaje que pretendía.

Te vales del plan de secuencia para impactar aún más, para hacernos sentir dentro de la historia. Es un recurso complejo.

Mucho, y por muchas razones. Primero, para encontrar una localización que encaje, pero también porque la localización adecue en tiempo al ritmo interno que tendrá después en la película. En un plano secuencia aciertas en el rodaje, pero no lo puedes modificar en el montaje. Es un riesgo. Pero nosotros, con esta vocación que fuera un viaje en primera persona del protagonista, arriesgamos y fuimos valientes. Tenía un equipo técnico y artístico de gente absolutamente admirable y entregados a todo lo que estaban haciendo y que a mí me han hecho mucho mejor, como director. Lo único que he hecho ha sido escucharlos y dejarme llevar por la intuición. Una intuición alimentada por ellos. Visto en pantalla, creo que la escena que me comentas [la bajada del Dani del piso de la Mila] funciona muy bien, hace de momento presente y de tensión.

Me hablas de "momento presente y tensión" y pienso mucho en cómo has construido la historia. Estamos acostumbrados a que los thrillers empiecen con tensión desde el primer minuto y hasta el final. Aquí no. El primer acto es pausado, de rutinas, casi costumbrista.

Un viaje arranca con una velocidad y termina en otra. Es tal como quería enfocarlo: para mí, si el viaje tiene fuerza en los tres cuartos de película posteriores al inicio, es porque parte de donde parte. Necesito retratar el entono del personaje [Dani, interpretado por Mario Casas] y explicarlo bien. Si entiendes de donde parte, allí donde llega es mucho más impactante. Son unos minutos que pienso que vale la pena que vivas como espectador, porque después todo será mucho más poderoso e intenso.

Nos muestras una Barcelona que no estamos acostumbrados a ver en cine.

La película es una colisión entre dos universos diferentes, el de Dani y y el de la Mila, un personaje nocturno que aparece en su vida. Los debía ubicarse en entornos diferentes. Conozco muy Barcelona, ​​he vivido mucho tiempo. Y viví mucho tiempo en el Poblenou y la sensación que tenía me parecía muy adecuada para la historia. Evidentemente, hemos hecho una exageración, el Poblenou no es como el retratamos. Pero sí tiene una estructura para llevar la acción al lugar donde la hemos llevado. Empezamos con una ciudad mucho más amable, y luego vamos a una ciudad mucho más fría, distante con la gente, solitaria. La estructura industrial del bario era perfecta para plasmarlo y conseguir este efecto.

Mila [Milena Smit] es clave. Cómo has hecho para encontrarla? Ahora comentabas eso de "mundo en colisión". Y con ella y Mario Casas, se consigue la química.

En el guión, el personaje de Mila ya era muy difícil. Pensaba que necesitaba encontrar a alguien con una energía genuina. Si no, la película no funcionaría. Como espectador, necesitas creerte todas las decisiones que toma. De hecho, si no te crees la decisión central, la película no se aguanta. Por eso me parecía muy importante elegir un director de casting para quien fuera muy importante el proyecto. Era su primera película y sabía que lo daría todo, que no sería fácil el viaje. Vimos la gran mayoría de actrices españolas para el perfil de Mila. Eran grandes opciones, pero había algo muy genuino con Milena Smit. Entendimos que era ella, que era quien yo llevaba imaginando tantos días. Y la encontró por Instagram!

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