Entrevistamos las directoras del Théâtre Paul Éluard de Choisy-le-Roi, un equipamiento de trescientas localidades situado a seis kilómetros de París. Hace diez años que Cécile Le Vaguerèse-Marie y Vanessa Maestre capitanean la sala haciendo tándem como directora y directora adjunta. Atentos siempre a la escena internacional, esta temporada han programado dos compañías catalanas: Lali Ayguadé con Underneath y Agnès Mateus con Rebota rebota y en tu cara explota. Hablamos con ellas sobre la situación actual y su visión de la escena catalana.
Como enfocan esta temporada en tiempos de Covid?
Cécile: La vemos complicada. La Isla de Francia está en "zona roja", es una región muy poblada. La gente sale menos en general, por miedo. Y este miedo va ligado con la pérdida del hábito de ir al teatro. El público no venía desde el mes de marzo. No hay la misma afluencia y, además, a pesar de dividir la sala, debemos dejar una plaza entre dos personas -o grupos de personas- para respetar la distancia física.
Vanessa: Por protocolo hemos tenido que reducir el aforo a un 70%. Para prepararnos para esta vuelta difícil este septiembre hemos programado todos los jueves con un máximo de 50 personas. Garantizamos todas las medidas sanitarias (mascarilla, distancia ...) y así, poco a poco, el espectador renueva la experiencia, ve que es seguro y devuelve.
C: Es una situación frágil y también nos penaliza la anulación de espectáculos extranjeros. Ya llevamos dos, procedentes de Palestina y Camboya. Es un momento complejo y nuevo para todos, pero es necesario que nos adaptamos porque durará varios meses o años. Debemos trabajar de otra manera, anticiparnos previendo la situación a tres meses vista.
V: Esto también nos supone una dificultad adicional, ya que el proyecto artístico va muy ligado a la diversidad lingüística y, por tanto, a la acogida internacional. Durante el confinamiento tuvimos que anular tres cuartas partes de la programación que teníamos prevista. Hemos podido conservar la de los países más cercanos, pero vaya, la situación puede bascular de un día para otro.
C: Estamos temblando!
¿Por qué han programado Lali Ayguadé con el espectáculo de danza Underneath?
V: Es muy interesante porque crea producciones "todo terreno" que se dirigen a todos y la interpretación es excepcional. La conocí a través de La Veronal y me sedujo enseguida por su presencia, capacidad técnica ... Desde entonces he seguido la trayectoria. Underneath dura 17 minutos y es un gran placer de danza, tan puro como simple.
C: Interpreta de corazón. Es magnífica.
V: Hace un dúo con Lisard Trans, que también es increíble.
Y del Rebota rebota y en tu cara explota del Agnès Mateus, ¿qué os ha atrapado?
C: Me gustó cómo aborda la figura de las mujeres y también su manera de estar en el escenario. Tiene mucha personalidad! Además, habla muy bien el francés. Una especialidad que tenemos es que trabajamos en la traducción y, sobre todo, en la adaptación de la traducción por Francia. A veces en traducir se pierden pequeñas connotaciones, guiños ... En este caso el texto ya estaba traducido, pero lo hemos rehecho con ella y Quim Tarrida por ser muy cuidadosos en la adaptación. Se ríe más si las referencias son locales (como decir "Brigitte" en vez del nombre original, ya que es la mujer del presidente Macron) y si las palabrotas salen espontáneamente en catalán o castellano.
V: Aparte, fuerza programadores estaban interesados en programar el espectáculo en francés y subtitulado. Así que, detrás la adaptación, existe la voluntad de ayudar a la gira y la internacionalización del montaje.
C: También nos gusta el hecho de que el espectáculo habla de cosas muy graves como que, en Francia, cada diez minutos muere una mujer por violencia de género. Pero a pesar de la dureza sabe cómo reírse de todo y, al mismo tiempo, transmitir el mensaje.
¿Cómo habéis descubierto las propuestas?
V: Hace dos o tres años hicimos un "tour coreográfico" en Barcelona en torno a la danza y el lenguaje del cuerpo donde conocimos casi todas las compañías de danza, las salas alternativas, el festival Sismògraf de Olot ... entre otros. Nos dio una visión muy rica y positiva y detectamos la vitalidad y el buen nivel de bailarines y coreógrafos que hay en el territorio. Esta creatividad no se ve en todas partes.
C: El tour estaba organizado por un organismo que depende del Ministerio de Cultura francés que se llama ONDA (Office Nacional de Diffusion Artistique). Es un grupo situado en París que organiza salidas reuniendo directores de teatro. Hablamos de todo lo que se difunde en Francia, pero también en Europa y a nivel internacional, y las salidas pueden ser en Europa, pero también mucho más lejos como Asia. Es formidable para nosotros porque nos vamos unas 10-15 personas durante cuatro días y encontramos el máximo de actores culturales de un territorio.
V: Todo esto se organiza también en colaboración con el Instituto Ramon Llull.
¿Qué artistas catalanes ha acogido en temporadas anteriores?
C / V: En estos diez años han pasado por la sala Roger Bernat con Pendiente de Voto, Tian Gombau-Teatro de l'Home Dibuixat amb Pedra a pedra, Didier Ruiz / La Compagnie des Hommes con Trans (más allá) -coproducido por nosotros- y Collectif Terrón con Le roi des Sables, entre otros.
¿Qué le interesa de la creación catalana?
C: No nos fijamos en un país, sino en una propuesta artística que nos interese. Estamos muy atentos a todo lo que pasa en Europa: Bruselas, Lisboa, Barcelona, Madrid, Londres ... No tenemos una visión específica sobre Cataluña, pero sí la suerte de contar con el Instituto Francés en cada capital y desde de Barcelona, detectan artistas paralelamente a los espectáculos que nosotros vemos. Esto nos interesa mucho porque, hablando en términos comerciales, va ligado con la importación y la exportación. Nuestro teatro engloba la región parisina, donde hay población del mundo entero, y nos permite tener un público diferente al de otra ciudad de Francia. Estamos en el corazón de la diversidad y cuando, por ejemplo, hacemos un espectáculo con un coreógrafo del Congo viene mucha gente cercana a África. Es una mezcla de respeto por la población local y, al mismo tiempo, nos lleva nuevo público.
V: Aunque no tenemos la obligación de programar escena catalana cada temporada -tenemos más o menos una compañía cada dos años-, la seguimos al máximo posible. Hacemos un verdadero trabajo de partenariado con el Institut Ramon Llull para descubrirla cada vez más como con las cápsulas 'Teatro en 3 minutos: a 2 metros' que se pueden encontrar en la web o cuando me invitaron a FiraTàrrega donde, aunque se dedique sobre todo a las artes de calle y nosotros no programamos, vi obras que se podrían llevar a sala.
¿Cómo valora el estado de salud de la escena catalana?
V: Por lo que he podido ver en los desplazamientos a Cataluña hay mucha riqueza de propuestas, pero faltan medios. El estatus del artista no está reconocido y los artistas no pueden vivir de su arte. Esto les obliga a hacer otros trabajos y, muchas veces, va en detrimento de la formación, el tiempo que pueden dedicar a la creación, la financiación ... Siento que el gesto artístico no está acompañado. El gesto, el talento, la inspiración, etc. están, pero no están los medios.
C: Es una cuestión política. Una apuesta. Es necesario que sigan a Francia para que los artistas tengan tiempo para la reflexión y la creación. A día de hoy, en Europa, el lugar que ocupa el artista es una verdadera cuestión. Su rol es divertirse o emanciparnos? O los dos, como creemos nosotros y el espectáculo de Inés es un buen ejemplo. Actualmente la creación contemporánea está mal utilizada a favor del gran público, es populista, y cuesta más defender una performance que el trabajo fruto de una gran máquina de producción.
