En la conversación inaugural de FiraTàrrega 2019, Xavier Antich decía que "el espacio público es el lugar que los cuerpos acaban transformando, por lo que el espacio público es literalmente ingobernable." La vitalidad y riqueza de la escena actual de las artes de calle catalanas es un hecho -reconocido internacionalmente-, y para entenderlo es imprescindible comenzar con una aproximación desde el urbanismo.

George-Eugenia Haussman, (político, desde 1809 hasta 1891) convirtió París en una red al servicio de una ciudad en movimiento. Frederik Law Olmsted (arquitecto paisajista, 1822-1903) diseñó un entorno rural como Central Park en el corazón de Nueva York. Ildefons Cerdà (urbanista, 1815-76) ideó un tejido urbanístico en Barcelona. Tres figuras de la época moderna que cambiaron sus ciudades. Más allá de la forma, se preocuparon por la vida de la ciudad, la convivencia. Haussman luchaba por conseguir una ciudad accesible, Olmsted por una ciudad sociable y Cerdà soñaba con una ciudad igualitaria. Accesible, sociable e igualitaria.

El libro Construir y habitar, del sociólogo e historiador norteamericano Richard Sennett, comienza así: "El arquitecto catalán Ildefons Cerdà fue el primero en poner las palabras urbanismo y urbanista en un texto impreso. (...) Las palabras aparecer porque las condiciones de la vida moderna requerían una manera particular de entender las ciudades ". La obra pone de relieve, pues, la figura de uno de los fundadores del urbanismo moderno.

Pla Cerdà. Foto: Wikimedia Commons

Con el urbanismo, Cerdà iniciaba una nueva disciplina que tenía por objeto la organización y la regulación de los edificios y procurar el bienestar de la población que habita una ciudad.

L’estructura dels barris, la forma dels edificis, el disseny de les voreres, el traçat dels carrers, la urbanització i la definició dels usos dels espais col·lectius com els parcs o les places; l’urbanisme i l’arquitectura son primordials perquè una ciutat pugui acollir i abraçar les arts de carrer, totes les expressions artístiques que tenen lloc a l'espai públic. Cerdà va assentar les bases urbanístiques d’una ciutat per a tothom; en definitiva, un espai d’igualtat i sociabilitat. Podríem aventurar, a grans trets, que va aplanar el terreny perquè en, el futur, les arts de carrer poguessin entrar a la ciutat i afavorir la convivència dels seus ciutadans.

La escena de artes de calle catalana

La característica principal de las artes de calle es que tienen lugar en la calle. La segunda es que son efímeras. Pero las artes de calle también pueden ser accesibles, sociables e igualitarias, como la ciudad que soñaba y proyectaba Cerdà.

Actualmente, Catalunya es uno de los máximos exportadores mundiales de creaciones en artes de calle y espacio público. Sin embargo, la formación oficial reglada en artes de calle es prácticamente inexistente. Aquí algunas pistas que quizás explican (o no) esta aparente incoherencia:

Los artistas y compañías de artes de calle se forman y crean sus propuestas artísticas al margen de la institución académica y de los grandes equipamientos culturales. Este hacer al margen de, lo que crece fuera, a extramuros, les permite alejarse de las imposiciones estéticas del establishment del teatro clásico. Las piezas de calle, pues, se emplazan en un contexto vivo y lleno de información donde los creadores deben jugar y adaptarse con lo que ya existe. Así pues, trabajar en un espacio no protegido como la calle permite pensar y crear en un código abierto, un sistema que permite encajar los elementos extraños, los curiosos, los (im) posibles. La investigadora norteamericana Melanie Mitchell apuntaba que "la complejidad aparece en el transcurso de la evolución; surge a través de la retroalimentación y el cribado de la información en lugar de existir como en un telos predestinado y programado desde el principio ". Es decir, pensar en abierto permite la innovación.

Existencia de referentes y traspaso de conocimiento. En los años setenta, Cataluña fue un referente de la creatividad en artes de calle en el ámbito mundial. Compañías como Comediants, la Fura o la Cubana irrumpieron y dieron lugar a un nuevo modelo de articulación cultural / creativa. El saber hacer de la creatividad de estas compañías ha perdurado entre generaciones. Me gusta pensar que habitar un territorio limitado en dimensiones como el nuestro ha permitido compartir y transmitir el conocimiento entre creadores de diferentes generaciones. Compartir el código abierto que apuntaba más arriba.

Una de las citas indispensable de las artes de calle y el espacio público del sur de Europa es FiraTàrrega. El mercado estratégico de artes escénicas especializado en artes de calle y que cada segundo fin de semana de septiembre desde 1981 acoge en la ciudad de Tàrrega (Urgell, Cataluña) cerca de un millar de profesionales que acuden a la cita para descubrir las novedades de las artes de calle de casa, entre otros.

La existencia de este escaparate internacional, culminación institucionalizador, ahora sí, de las artes de calle en Cataluña, con el apoyo, aunque frágil, de ayudas a la creación ya la producción por parte del ICEC y las ayudas a la movilidad y promoción de artistas catalanes en el extranjero del Llull, permiten que a fecha de hoy las compañías catalanas especializadas en la creación en el espacio público estén presentes en todos los circuitos escénicos internacionales, tales como, Festival de Aurillac ( Francia), Theater Op de Markt en Hasselt (Bélgica), Out There Festival en Great Yarmouth (UK), Passage Festival de Helsingor (Dinamarca) o Seoul Street Arts Festival (Korea).

Evolución hacia nuevos paradigmas

El espacio público ha sido siempre un concepto central en la historia de la filosofía. La filósofa catalana Marina Garcés en su libro Filosofía inacabada dice: "Está en juego una verdadera transformación de la filosofía: la feminización, la precarización o proletarización y la colectivización del conocimiento. (...) Mujeres, precariedad y saberes colaborativos ".

Los tres conceptos de transformación de la filosofía que apunta Garcés también pueden servir para explicar (en parte) la evolución de las artes de calle catalanas. Esta marginalidad creativa y el insuficiente apoyo institucional han hecho que se conviertan unas artes precarias; la colaboración y la interrelación de saberes y conocimientos entre creadores catalanes ha permitido que estas artes perduren en el tiempo; la realidad cada vez más remarcable de una feminización de las artes de calle con artistas como Ada Vilaró, Eva Marichalar, Alina Stockinger, Prisca Villa, Vero Cendoya o Lali Álvarez entre otros, aportará nuevos referentes necesarios y de calidad al panorama catalán.

A estos tres elementos de transformación añadiría que en Cataluña probablemente veremos llegar una época con nuevos paradigmas escénicos con respecto a la creación en el espacio público. El espacio público se "pondrá de moda" también escénicamente. La libertad y la amplitud de posibilidades del espacio público atrapan los creadores y los espectadores. Se revalorizarán y prestigiar las creaciones pensadas e ideadas para ser representadas en el espacio público. No estoy hablando de aquellas propuestas que se pueden adaptar en una sala o un espacio no convencional sino de aquellas piezas que están concebidas y pensadas para ser exhibidas sólo en el espacio público, 100% calle. Este tipo de propuestas suelen necesitar un público activo que participe de la pieza desde la experiencia y no desde la pasividad. Las artes de calle reivindican la presencialidad, el arte de encontrarse. La re-significación del papel del espectador formará parte también de esta transformación de las artes de calle catalanas. Un buen ejemplo de este nuevo estadio se puede explicar a través de la compañía Kamchàtka, que basa sus creaciones en el espacio público y sitúa la experiencia del espectador en una posición central.

Es muy complicado crear fuera de los parámetros y evitar caer en los lugares comunes de la creatividad. Pero en Cataluña tenemos una identidad cultural reconocida internacionalmente y llena de referentes que contribuye a explicar nuestro imaginario cultural, en este caso a través de las artes de calle. Quizás Cerdà y su urbanismo van poner la primera piedra. Quizás esta ingobernabilidad de la calle a la que se refirió Xavier Antich tiene toda la lógica.