Un director exiliado en México, Luís Buñuel, y un productor joven, que empieza, y que quiere sacudir todo, Pere Portabella. Juntos traman el éxito de Viridiana, que acabaría ganando la Palma de Oro en Cannes. Pero el camino no es fácil, y el éxito tampoco sale barato. El inicio de esta particular aventura hay que buscarlo en Los golfos, primer largometraje de Carlos Saura, de 1959. Fue la primera película que produciría Portabella, y la puerta de entrada al cine -su productora se llama Films 59.

"Yo estaba en relación con todos los pintores y artistas del momento -explica-. Tenía mucha relación con el hermano de Carlos Saura, Antonio, que, un buen día, me dice que tiene un hermano que está moviendo un guión que nadie le quiere producir ". Por pura intuición, decide entrar en el cine. "Los golfos era un guión muy ligado a la nouvelle vague, para mi gusto nada transgresor. Pero decidí probar la experiencia, para meterme en el sector, pero siempre con la idea de transgredir. Y hacerlo desde la producción no era fácil, porque el estado controlaba las subvenciones, puro control ideológico ".

El imprevisto del azar y una "bomba" en Cannes

"Comienzo a rodar Los golfos con Saura. Algún programadores internacionales se enteran de que estoy haciendo una película y nos invitan al festival de Cannes. Llegamos y en el hotel de Cannes nos encontramos con Luís Buñuel en el ascensor". Los imprevistos, tan determinantes. "Siempre, desde el primer momento, he estado muy atento al azar y he mantenido que la subjetividad debe estar abierta a todos los imprevistos. Y que esto es una manera de esquivar los poderes, porque el autoritarismo siempre quiere minimizarlos. El día siguiente proyectaban los golfos, que tuvo una primera recibida bastante fría. Pero todo cambia cuando, posteriormente, Buñuel nos acompaña en el palco de honor y nos da un abrazo a cada uno: tuvimos una ovación impresionante ".

"Buñuel tenía que marchar a México al día siguiente. Aproveché el tiempo que teníamos para hacerle una propuesta, él y yo, sentados en mi apartamento. Lino dije de hacer una película juntos. Y le puse dos condiciones : una, rodarla en España, la segunda, que enviaremos un guión a la censura sin las secuencias más fuertes, aunque en dejaríamos una parte para que la pudieran censurar. Con mi compromiso de que el día del estreno, fuera donde fuera, la proyectaríamos sin respetar en absoluto las opiniones de los censores ". La respuesta de Buñuel fue directa: "Tú me estás hablando de una bomba, no?". Pero se entendieron enseguida, y lo hicieron. "Los exiliados de México lo acusaron de ceder al franquismo, ya me dirás".

"Buñuel me dijo que sí, que tenía una película que se titulaba La belleza del cuerpo -un hecho que aún sabe poca gente-, con Silvia Pinal como actriz protagonista. De hecho, me dijo que ella le había pedido a un amigo suyo -un constructor milionari- de financiar la película. Buñuel se va a México y, cuando vuelve, le digo que por un problema ético yo no puedo hacer una producción escondiendo el escándalo que podía generar. Nos exponíamos a que la confiscaran toda y que el inversor perdiera el dinero, y que la habíamos de advertir de la situación. Buñuel me dijo que le dejara la gestión a él. Un día, me llama y me dice que ya está todo arreglado ".

Una fuga clandestina con toreros y comunistas

Tras rodar con Marco Ferreri El cochecito, en 1961 comienza el rodaje de Viridiana; y después, el "vía crucis". "Con la excusa de hacer la sonorización y las mezclas en París, pudimos sacar los negativos de España". Había que ir siempre un paso por delante del enemigo. "Pasé todo el material para hacer las mezclas los mejores estudios que había en el momento. Este negativo hizo posible la distribución internacional y el estreno en Cannes, donde poder ir con la excusa de que aún no estaba terminada" .

La estrategia para sacar los negativos de España fue toda una odisea, con tintes de aventura imposible. "Tuve la complicidad de Domingo Dominguín, el gerente de la productora de cine de los Bardem (UNINCI), que eran del Partido Comunista y que, a su vez, no querían saber nada de Buñuel, a quien consideraban un ácrata y, sobre todo, un surrealista ". El Dominguín era un espécimen curioso, por la época: del partido comunista, gerente y torero. "Y tenía un hermano, Luis Miguel Dominguín, que era amigo de Franco. Y un franquista de narices".

Y como sacaron los negativos sin hacer saltar ninguna alarma? "Domingo organizó sus toreros, en localizó unos que tenían una corrida en Montpellier y pusieron los negativos a los coches. Llegaron a la frontera y no les pidieron nada, eran toreros y, encima, hermanos de Luís Miguel ! Dejan todo el material en el estudio francés. todo muy clandestino, porque la película no existía, aunque ".

El Vaticano, enfurecido

Una copia de Viridiana llega a Cannes directamente de París. "Se proyecta el penúltimo día y es un escándalo enorme. Allí estalla todo, de manera fortísima. Ganamos la Palma de Oro, aunque soy el único productor español que lo ha hecho todo solo", remarca. "La sacudida fue tan fuerte que los dos estados más autoritarios del momento, las dictaduras del Vaticano y de España, se hacen cruces". Portabella convence a José María Muñoz Fontán, director general de Cinematografía, que suba a recoger el premio, que les será entregado al día siguiente de la proyección. Fontán es destituido de manera "fulminante" en un Consejo de Ministros y la película, prohibida. "De hecho, más que prohibida, no fue reconocida".

La polémica ya es un gran incendio, con L'Osservatore Romano preguntándose cómo puede ser que un país con el que el Vaticano tiene concordado haya permitido "este engendro", tal y como escriben. "Nos acusan de actitudes 'antirreligiosas de intensidad delirante', de blasfemia, de ser producto de una 'mente delirante', etc.". La respuesta del Ministerio de exteriores franquista fue afirmar que la película no había sido rodada en España. "No reconocieron la producción. Y como no había película, tampoco podían acusar de nada". Eso sí, Viridiana hace estallar la campaña de propaganda franquista, y los implicados en la producción, demostrar que la apertura de la dictadura española era pura fachada.

En medio del escándalo, el constructor millonario que financia el film se va a París, a los estudios donde estaban los negativos. "En Domingo había hecho una firma donde decía que, en caso de que pasara algo, alguien de nosotros podía retirar el material. El error que cometió Domingo es que dejó por escrito que cada uno de los dos podía hacerlo en cualquier caso, en vez de hacer que fuera necesaria la firma de los dos. el constructor en París, se lleva todo el material, paga una cantidad (una "mordida") y Viridiana se convierte en película mexicana. Ahora todavía lo es, a pesar algunas tentativas mías y de otros ". A partir de ahí, cuando Portabella vuelve de Cannes, está un año exiliado en Italia. Pero eso ya es otra historia. La historia de un cineasta que, a partir de entonces, no paró de implicarse, de impugnar, de perseverar, de probar, de transgredir.

ESTEVE PLANTADA

@eplantada