Corrientes de escritas nació en el año 2000 en Povoa de Varzim, con motivo del centenario de la muerte de José María Eça de Queiroz, nacido en la ciudad.

Eça de Queiroz fue uno de los escritores portugueses más grandes, traducido a muchas lenguas. Cuando creamos el evento, la idea inicial era la de promover la lectura, y por eso aprovechamos las sinergias con las escuelas, la comunidad y las bibliotecas del municipio. Siempre hemos creído que un pueblo que lee es un pueblo luminoso, con un futuro más feliz. Correntes de escritas nació para promover la literatura portuguesa, pero, también, para promover culturalmente la ciudad.

El festival se ha consolidado como uno de los más importantes de Portugal. Se imaginaban que llegarían a celebrar veinte ediciones?

De ninguna manera, ni lo podíamos soñar! Con el tiempo, el encuentro de escritores de tradición ibérica ha ido creciendo, pero Póvoa de Varzim también organiza un festival de música clásica muy relevante a nivel nacional, que ya ha traspasado los 40 años de existencia.

La ciudad Entoma proyectos de largo recorrido, lejos de la anécdota.

Todo lo que hacemos lo hacemos con vocación de perdurar [risas]. Correntes de escritas, como dice el presidente de la República de Portugal Marcelo Rebelo de Sousa -que ya ha venido tres veces al certamen-, es el mayor encuentro de escritores que hay en Portugal. Una buena prueba es que todo el mundo quiere volver: los escritores, pero también los lectores. En estos veinte años han pasado muchos miles de lectores.

El festival siempre ha valorado mucho la participación de los lectores.

Siempre hemos tenido claro que, en este encuentro, los lectores participan. Pero, también, que tienen voz y pueden participar y aportar cosas. Los escritores no van a las escuelas, sino que son las escuelas las que vienen a Correntes de escritas.

Es quizás este factor el que explica el éxito del festival?

Asisten cada año miles de personas y, normalmente, la literatura no congrega masas. E incluso compran! [Río] Tenemos lectores que vienen de Brasil, de Madeira, etc., que se quedan en la ciudad durante toda una semana. Correntes de escritas es una gran oportunidad de ligar los autores con sus lectores. Para nosotros, todos son iguales y esto explica, en parte, el éxito que tenemos.

Hay una gran complicidad entre organización y escritores, pero también entre los invitados y el municipio.

Póvoa de Varzim, que es una ciudad media de Portugal, vive con mucha intensidad toda la programación, que es concebida como una plataforma del libro, en un sentido amplio. El libro, mientras dura el festival, aquí adquiere una dimensión única.Tenim muchos traductores, muchos editores, lectores y autores: toda una pléyade, un conjunto estructurado, para promover el libro.

¿Cree que el festival puede crecer más o ya ha tocado techo?

Queremos seguir creciendo, y buena prueba de ello es que estamos colaborando con Barcelona y con el Institut Ramon Llull. Queremos estrechar aún más estos lazos, abrir nuevos caminos y hacer que la literatura catalana sea protagonista de este encuentro. Para nosotros, es motivo de orgullo estar relacionados con Barcelona, ​​un gran punto irradiador de cultura. Esto sólo nos puede hacer crecer y, desde aquí, se lo quiero agradecer.

A Portugal se conoce la literatura catalana?

No suficientemente. Queremos reforzar el conocimiento de la literatura catalana y que la gente cada vez la identifique más. Y queremos que esta presencia en Correntes de escritas sea una puerta de entrada.

A lo largo de estos veinte años, por el festival han pasado autores como Mia Couto, Ana Luísa Amaral, Luis Sepúlveda, Rui Zink o Lídia Jorge, entre muchos otros. ¿Cuál es el momento más especial que recuerda?

 Hay muchos momentos mágicos, a lo largo de los años. Algunos que conmueven, sobre todo cuando ves tanta gente que asiste a un acto literario. Hemos llegado a llenar teatros con 700 personas, por ejemplo. Y también valoro mucho que este festival da una libertad ilimitada, todo el mundo puede decir lo que piensa o siente. Sólo existe la limitación de la propia imaginación.