Hasta ahora, ninguna exposición había analizado la relación y mutua influencia entre Marcel Duchamp y Salvador Dalí, dos personalidades muy diferentes (al francés le asustaba el arte sometido a comercialización y Dalí le fascinaba el negocio) que mantuvieron un vínculo de amistad y admiración mutua pesar de sus diferencias. Seguramente se alimentaron mutuamente de sus intereses artísticos comunes tales como el erotismo, el lenguaje, el sueño, los fenómenos ópticos y perceptivos, la religión o el ajedrez. En una vertiente más personal, no es difícil averiguar que los dos artistas compartieron una visión humorística y escéptica de la vida, del arte y de sí mismos. Quizás por este motivo, decidieron enfrentarse a las convenciones sociales establecidas.
La muestra está integrada por unas 150 piezas de más de 25 colecciones diferentes. Se ven piezas que raramente salen de su lugar de exposición habitual, como el Cristo de San Juan de la Cruz de Salvador Dalí, de la Galería de Arte y Museo de Kelvingrove, Glasgow, o El Gran Vidrio de Duchamp, que pertenece al Museo de Arte de Filadelfia. La Fundación Dalí aporta 8 obras y 13 documentos entre los que se cuentan postales, fotografías y manuscritos, como un muy poco conocido Je mange Gala, publicado hasta ahora sólo en catalán y castellano.