Gilgamesh, un monarca dictador todopoderoso, recibe la visita de un ser misterioso creado a su imagen. Este salvaje criado en el desierto lo desafía a un duelo y es a partir de esta lucha que surge una amistad sin precedentes que lleva los dos héroes en busca del éxito y el exceso. Pero este compañero, engañado por una maldición, decae y acaba muriendo. Gilgamesh entonces toma conciencia de su propia vulnerabilidad y se encuentra en la búsqueda de una vida infinita.
El director del espectáculo y de la Cage Compagnie, el menorquín Edgar Alemán, reflexiona sobre la muerte, el vuelo y la amistad a través de la obra. Con una puesta en escena y un pensamiento originales y con un espacio que se construye con cada nueva palabra de uno de los actores, también quiere componer una oda a la tradición oral y la cultura popular.
Para este trabajo, Edgar Alemany también ha trabajado con el músico Joan Bagés Rubí, nacido en Flix, que compuso la música del espectáculo.