El artista debutó en 2000 en la Galería Joan Prats de Barcelona. Desde entonces Pombo ha realizado 17 individuales. La inspiración y los motivos para pintar le llegan viajando, primero viviendo en París en 1998 y luego haciendo estancias cortas en diversos lugares como Siberia, el norte de Noruega y Suecia, el Tíbet, Groenlandia, Estados Unidos, México... Desde hace 3 años vive en Nueva York donde tiene su estudio, dejando Barcelona definitivamente hace un año.

La exposición que acaba de inaugurar en Lucca consiste en una selección de una serie de temática religiosa basada en las obras de los pintores Diego Velázquez, Caravaggio y Tiziano. ¿Qué quiere transmitir con esta última exposición ?

En realidad que sea temática religiosa es una coincidencia, lo que me atrajo de estas obras fue su calidad pictórica, el hecho de que fueran excelentes exponentes del Barroco, un periodo que aprecio de manera muy profunda y sincera . Para mí, trabajar a partir de estos maestros es un posicionamiento como pintor, un acto de austeridad. En realidad yo no pinto con ideas, con conceptos elaborados, mi trabajo trata de pura pintura, de colores, densidades, procesos de pintura de acción... es por este motivo que me iba muy bien elegir un motivo que sea en sí mismo una pintura, narrativa pero nada conceptual, y tratar de versionar para ponerla a prueba mi lenguaje.

La obra que presenta en Lucca ya había sido expuesta en ciudades catalanas como Hospitalet y Tarragona. ¿Cómo surgió la oportunidad de exponer en Italia?

Fue gracias a una propuesta del comisario de la exposición, Vittorio Bernaroli, que conocía la iglesia de San Cristoforo en Lucca. El espacio expositivo es gestionado por la Associazione San Cristoforo,  que están haciendo una tarea impresionante llevando a Lucca, una ciudad humilde, en comparación con Florencia, Siena y otros de la región, exposiciones de gran calidad como han hecho en el con Toni Cragg o Wim Delvoye recientemente.

En esta exposición también muestra algunas obras inéditas inspiradas en las murallas de Lucca, en honor a su 500 aniversario. Esta serie dedicada a la ciudad se enmarca dentro de la línea de los "mapas" de la ciudad y la serie "edificios", donde retrata la temática de la vida urbana. Tiene previsto realizar algún proyecto desde una óptica catalana?

Normalmente las series que pinto tienen que ver con mis experiencias en el momento en que las haya. La de Nueva York comenzó en 2010, cuando hice mi primera estancia en la ciudad y que fue el inicio de un cambio de vida radical, ya que me he instalado de manera si no definitiva, por varios años, seguro. En las series de edificios aparecen fachadas de Barcelona constantemente, sobre todo en los que pinté cuando vivía, ahora trabajo más inspirándome con Nueva York e Italia. Todo son etapas, ésta pasará también pero soy incapaz de predecir qué haré dentro de seis meses.

Su carrera profesional le ha llevado de Barcelona a Nueva York, donde vive desde hace tres años. Nos cuenta el viaje? Como vive un artista catalán en Nueva York?

Desde hacía años sentía una voz interior que me empujaba a cambiar de escenario y poner a prueba dentro de un contexto muy exigente, como el jugador de fútbol que vive en comarcas y sueña con jugar algún día la Champions League con el Barça. Soy un devoto amante de la historia de la pintura y la he estudiado y leído mucho desde siempre, pero llegó un punto que sentía que pesaba demasiado a mis espaldas y necesitaba un cambio de rumbo a mi trayectoria. En Nueva York, se plantea el arte de manera más intuitiva, menos intelectual, se da valor a conceptos como la energía y el accidente en el proceso creativo sin necesidad de justificarlo intelectualmente. Yo necesitaba mucho eso, liberarme de los 1000 años de excelencia de la pintura europea. Sentía que miraba demasiado los grandes pesos pesados​​, con un cierto complejo. Aquí he conocido gente que me ha abierto mucho la mente porque miran desde otra perspectiva y me he dado cuenta de que si no hubiera venido, corría el riesgo de quedarme estancado. No digo que todo el mundo tenga que pasar por Nueva York para ser mejor artista, pero mi experiencia es esta.

El año pasado tuvo la oportunidad de presentar su obra " Variaciones de Tintoretto "en la 55 ª edición de la Bienal de Venecia. ¿Qué impacto en el ámbito internacional cree que tiene la presencia catalana en la muestra veneciana, donde participa desde 2009 dentro de los Eventi Colateralli?

Venecia es, junto con la Documenta de Kassel, el mejor escaparate del mundo del arte contemporáneo. Tener presencia allí es de gran utilidad ya que la visibilidad es extraordinaria e impagable. Estando, uno tiene la posibilidad de que lo vean gran parte de las opiniones más influyentes de la escena artística mundial, personas que nunca vendrían a Cataluña a buscar artistas. Hoy, más que nunca, hay que tener presencia en epicentros de creación y promoción del arte, como Nueva York, Venecia, Berlín, Londres...