¿Cómo valoras que tu obra protagonice un espacio destacado en el Centro George Pompidou, uno de los grandes centros divulgadores del arte contemporáneo a nivel europeo e internacional?
Positivamente, claro, no se puede valorar de otra manera. Es un honor, aunque a nivel personal, el hecho de exponer cosas mías del pasado no me motiva mucho. De hecho, sólo me interesa mostrar lo más nuevo, lo que aún no se ha visto. El resto, en el fondo, es arqueología.

¿Un creador "Undergraun" como tú (este es el nombre de tu productora) como se encuentra acogido por los grandes templos de la cultura, como en esta ocasión en París?
Bueno, yo vengo de la nada, pero lo que hago es muy serio y muy importante, por tanto, una buena repercusión en los círculos críticos es natural. Dicho esto, estos grandes templos no representan valores absolutos, se equivocan también, y a menudo rinden tributo a artistas que con el tiempo se convertirán en insignificantes.

Sabemos que harás una ponencia sobre el universo taurino. ¿Cuál es tu visión con respecto a este tema que genera constantemente polémica?
No tengo ninguna visión desde el punto de vista ético, sólo me interesa el aspecto estético que es muy poderoso e históricamente ha interesado siempre a grandes artistas. Y para mí, eso justifica ciertas crueldades que, efectivamente, en otro contexto serían censurables. En el Pompidou sólo hablaremos de la estética.

En París también nos comunicarás que uno de tus grandes artistas de referencia es Salvador Dalí. ¿Cuál es la aportación esencial para ti del genio de Figueres?
Yo no sé si es uno de los mjores artistas del siglo XX, pero sí es uno de los más importantes (con Duchamp y Warhol). Es un visionario (de hecho, él decía que sería recordado por su "cosmovisión"), que anticipa muchísimas conquistas estéticas. Y a nivel de actitud, de subversión y de fantasía, es indiscutiblemente único e inolvidable.

El presidente del Centro Pompidou, Alain Seban, reconoció que Albert Serra le recuerda a la exuberancia protéica de Dalí. ¿Con qué elementos te identificas con él y su obra?
Con ninguno, sería un atrevimiento demasiado grande. Yo sólo lo admiro e intento aprender. Secretamente, me admira su mezcla de espontaneidad y artificiosidad extremas, a la que yo de forma natural también tiendo.

Has manifestado varias veces que para ti el cine es la literatura de las imágenes y el videoarte es su lenguaje. ¿Siempre has trabajado siguiendo estos conceptos?
Es un poco más complejo que todo esto. Sólo me refería a que el cine es transitivo, crea un mundo estético, mientras que el videoarte es un simple juego con el lenguaje audiviosual, sin consecuencias.

En el Festival de Cine de Cannes creció y se consolidó tu prestigio como cineasta, con la programación de tu aclamado film "El canto de los pájaros". En el Centro Pompidou ¿conoceremos más a fondo, además de la obra, al artista y al hombre que es Albert Serra?
Puede ser. No me toca a mí juzgarlo.
 
¿Cuál es tu próximo reto / sueño?
El de siempre, ser libre e independiente de todo y de todos. Desgraciadamente, el trabajo del artista requiere unos sacrificios muy grandes que lo hacen esclavo de un objetivo estético y esto choca con este deseo de ser libre. Es un lucha encarnizada, a muerte.
Quién ganará? No lo sé. Ya lo veremos.

Dalí es uno de tus creadores de referencia de todos los tiempos. ¿Podrías actualizarnos tu lista de devociones con alguna nombres de la escena artística actual?
Es difícil. Mis influencias, en el fondo, en el contenido, vienen casi siempre de gente muerta. La gente viva sólo me influye en las cosas superficiales, en la puesta en escena de mí mismo. Me gusta la gente espontánea e incorruptible: Vincent Gallo, Michel Houellebecq, Limonov (al que sigo desde hace mucho tiempo-y no a partir del libro de Carrere-, pese a que de su época en Nueva York le quedó un gran menosprecio hacia Dalí, al que conoció ...), etc.